Al otro lado del cable (Conclusión)

05 de Abril de 2025

Imagen portada

Al otro lado del cable nació como un proyecto personal que ha terminado a nivel personal con total éxito. Su finalidad era poner a prueba mi constancia. Pero la cosa se lió…

El nombre

Debía ser algo sencillo y que no estuviera registrado como dominio. Y sobre todo, que estuviera relacionado con lo que se iba a publicar. Como gran parte de mi trabajo ha incluido atender el teléfono y responder emails, por lo que esto fue bastante fácil: Al otro lado del cable.

Temática

Inicialmente, iba a ser un blog para subir "historietas" divertidas del día a día en el trabajo, con un estilo parecido a Wardog y el mundo. Tras muchas vueltas, lo descarté por varios motivos, pero el principal era que, a menos que fueras informático, no se iba a apreciar el "humor".

Por aquella época, estuve guerreando con mi perfil en LinkedIn y había visto un montón de artículos sobre "cosas laborales". Por eso pensé que, si era algo recurrente, sería fácil tener ideas a mano para escribir.

Regularidad

Algo intermedio entre uno al mes y uno diario podría haber sido un artículo cada dos semanas, pero si quería pasar de que nadie lo lea a que lo lea alguien, debería ser al menos semanal.

Plataforma

Quise empezar el proyecto y ya había gastado mucho tiempo en "pensar". Una de las leyes que imperan hoy en día es “no inventes la rueda”. Para el formato blog, WordPress parecía una muy buena opción.

Una mezcla de falta de tiempo, no saber usarlo, y que cada vez que quería alguna cosa específica tenía que bajar al código directamente o tirar de un plugin de terceros, sumado a que el rendimiento era nefasto para lo que yo quería mostrar, hicieron que terminara por infringir la ley y fabricase mi propia “rueda”.

Sencilla, a medida, en PHP y MySQL, sin framework ni rutas. Un proyecto puramente espagueti; no hacía falta más.

Sencillo, pero no tanto

Debía ser rápido, minimalista, sin dependencias y sin cookies de terceros. Y quería tener, de alguna manera, una referencia de las visitas.

Lo primero fue sencillo.

imagen diseño web

Lo de las visitas, no tanto. Invertí más horas de las que habría querido en esa parte, que para más inri, no se veía.

Moviendo las manitas

Cuando terminé el "prototipo" sabía que nunca estaría perfecto, por lo que empecé a escribir mi primer artículo. Lo tenía muy claro: el tema de las guardias laborales me había quemado durante los últimos años, y quería decir algo al respecto.

Hacía mucho que no escribía y me costaba mucho expresar lo que quería decir. Tras varios días, finalmente tenía algo medio decente. Lo dejé reposar en la nevera unos días y, al leerlo de nuevo, el texto que tantas horas me había llevado escribir no me gustaba NADA.

La regularidad se iba al traste

Tardé literalmente días en escribir algo sobre lo que tenía mucho que decir. Si quería sacar un artículo a la semana, tendría que dedicar demasiadas noches a escribirlo, y yo sabía que no sería capaz de hacerlo. Primero, porque entre el trabajo y otros proyectos, me ocupaba casi todo el tiempo entre semana y todos los festivos. Segundo, por la noche cuando ya estoy cansado, todo cuesta tres veces más y sale peor.

Empecé a darle vueltas a la idea de sacar 24 artículos a lo largo de un año y olvidarme de la regularidad. Que salieran cuando fuese. Iba a ser un desastre, lo estaba viendo venir.

Todo lo solucionamos con la IA

Mientras ponía en marcha todo, quise darle una vuelta a la ortografía del artículo. Llevaba varios meses usando ChatGPT para cosas triviales y me pregunté si podría corregirlo sin alterar el contenido. Y, efectivamente, lo hizo realmente bien.

Quise darle una vuelta de tuerca a esto y le dije algo así como: "Genera, a partir del siguiente texto, un artículo de 300 palabras para un blog". Tras cambiar un par de cosas y pasar la prueba de la nevera, me gustó.

Arrancamos

Era hora de usar ese dominio que había pagado y empezar a ponerlo en marcha. Subí la web, subí la información a la base de datos y voilà, estaba en el aire.

No perder de vista el objetivo

El objetivo era "mantener algo por un año"; el contenido del blog era secundario. Voy a usar las ideas que tenga para escribir un texto rápido con lo que quiero expresar y que ChatGPT lo escriba por mí. Afiné el prompt a lo largo del tiempo y, con práctica, conseguí crear artículos más o menos rápidos. El principio y el final eran a mano, pero lo complicado se hacía rápido.

Así, yo me centraría sobre lo que quería hablar y cada semana sacaría mi artículo.

Esto no lo vi venir

La estructura de los artículos era sencilla:

Título -> Miniatura -> Contenido

La miniatura sería también la foto de portada del artículo, por lo que todas las fotos debían ser libres y sin atribución. Pexels.com era mi opción. Pero no era tan sencillo encontrar fotos que cuadraran. La mayor parte del tiempo invertido en los últimos seis meses del proyecto fue la búsqueda de fotos.

Funciona, pero es feo

Sencillo y rápido, pero feo como el culo de una nevera. Era hora de dejar de inventar, y pasar a lo que siempre funciona: todo blanco con sombras. Al menos ya no me llorarían los ojos.

imagen diseño web

¿Y si no estoy para publicar?

Nuevamente, otra de las cosas en las que no había caído era: ¿y si ese día no estoy para subir el artículo? No tenía manera de dejarlo programado.

Hasta ahora los artículos los subía a manita directamente desde mysql, no había login, ni formulario para poder subirlo.

Se diseñó un sencillo método para dejar programados los artículos. Costó más pensarlo que implementarlo.

Esta función es probablemente la que me ayudó a cumplir la meta. Cuando no podía publicar, ya tenía artículos programados. Cuando tenía tiempo, los creaba y les asignaba una fecha de publicación. Si tenía que cambiar el orden de las programaciones, solamente tenía que cambiar las fechas. Todo un acierto.

El buscador que nunca hice

Otra de las cosas que dejé pendientes porque no tenía suficientes artículos era el buscador. Una vez más, costó más ponerse a ello que programarlo. Funciona, en mi humilde opinión, bien, rápido y no requiere explicación al usuario para usarlo, tan solo escribir.

¿Quién es el autor?

Como lo publicaba yo, se entendía que yo era el autor, por eso no había autor en ningún artículo. Pero un artículo en concreto no pasó por la IA y entonces dije: este sí quiero que esté a mi nombre.

Una hora más tarde, ya tenía autor el artículo, y todos los demás constarían escritos por Alex Ibarra, AI sus iniciales, ya tu sabes, un poco de guasa al asunto. Alex porque me vino a la cabeza, e Ibarra porque estaba viendo "La novena Puerta" cuando lo pensé.

Dónde publicar

Elegí LinkedIn porque es la red social donde más gente tengo agregada y, además, la temática está dentro del contexto adecuado. Tenía pocas visitas pero más de las que esperaba. Esto me daba igual desde un principio, pero dejaré las estadísticas para los curiosos.

Afinando

Resulta que para este proyecto tan pequeño he aprendido muchas cosas, pero una importante fue las etiquetas Open Graph. En LinkedIn no funcionan demasiado bien, por usar un eufemismo. Para quien no sepa de qué hablo, estas etiquetas son las responsables de que, cuando compartes un enlace, aparezcan en un pop-up el título y una imagen en miniatura. Y eso también hay que programarlo.

Deuda técnica, pero tampoco vamos a llorar.

Pasé el proyecto a estático, libre de MySQL y PHP, todo en HTML, CSS y JS, pero... no haber creado rutas o haber pulido algunas cosas en el host haría que, irremediablemente, perdiera todos los enlaces ya publicados, así que mientras viva el dominio, seguirá como está.

Aprender de los errores

Gracias a este proyecto, el siguiente se pensó más rápido y se programó todavía más. Por supuesto, caí en nuevos errores, que espero no volver a cometer en el futuro.

Link a la web del proyecto